Shiatsu en la Selva

9.1.10 Esther Crespo


Hace algún tiempo, en un recóndito lugar de la Selva Lacandona, donde la naturaleza late su vida inmortal impregnando su esencia hasta lo más profundo, tuve la grata experiencia, el privilegio de compartir una sesión de shiatsu con un nuevo amigo mexicano.
Al finalizar esta acordamos la redacción de la práctica, ofreciéndose él a explicarla en primera persona…aquí su experiencia y mi completo agradecimiento por el regalo que significó y sigue significando.

Shiatsu... un masaje al alma

Lunes, creo que 20 de agosto, seguro del 2007 pero sin hora, porque en un lugar como éste, la única referencia de tiempo es la luz del sol y la presencia casi fantasmal de Vicente, el patriarca Lacandón

Yo boca abajo en contacto directo con el pasto después de una caminata por la selva dejando unas gotas de sudor y agotando las emociones desgastadas… cerrar los ojos y abrir los sentidos para escuchar correr el agua del río reclamando que me apropié de su orilla, escuchando también al viento que pasa como pasaba el agua de la cascada por mis manos y por cada idea refugiada

Un sonido más allá y otro más acá… casi todos de naturaleza… a lo lejos se ha callado ese sonido repetitivo de uno o varios tambores que viajaban quién sabe de donde y que nos hacía preguntarnos si era ritmo, música o señal

Un cuerpo relajado sobre el césped… el mío, poniendo ejemplo a mi mente que pide a gritos un silencio y una pausa en ese torbellino de pensamientos… todavía quedaban muchos y muchos otros, se habían quedado entre esas ceibas que imponen. Se logra un estado más que de quietud de paz, de dejarse ir para dejar venir una nueva experiencia, que así sea

Oigo cómo se frotan las manos y se coloca un cuerpo cerca del mío, seguramente la vista hace un mapa en mi espalda buscando por dentro los sentimientos guardados para decidir por dónde empezar. Se está haciendo la estrategia, estoy seguro que se seguirá un plan para sanar

Todavía no llegan las manos y ya se siente su calor, aterrizan con una delicadeza que cimbran al cuerpo junto con una inhalación y luego lo relajan acompañándolo con una exhalación muy lenta. Se atrapa al aire y se le da libertad a ritmo lento… entra un aire fresco y puro, sale un aire denso y maltratado… se está purificando por dentro el cuerpo y el alma

Los dedos, efectivamente tienen una temperatura que sobrepasa la intemperie, se siente calor y aún con los ojos cerrados se ve el color verde fresco, azul puro y el transparente del agua que sigue corriendo. Las manos siguen caminando por la espalda abriendo brecha… se detienen y siento cómo acomodan cada sentimiento que llevo debajo de la piel, se hace a un lado ese sentimiento que está tenso y al acomodarlo en el lugar preciso ya no molesta, desaparece la sensación de ansia… no duele y ha dejado de doler ahí, donde sea pero siempre repercutiendo donde late y fluye

Mis ojos siguen cerrados sin estar apretando los párpados ni frunciendo el ceño, me salgo de mi mismo para ver un rostro tranquilo que descansa en paz sin estar muerto, es curioso que se percibe mucha vida aunque se esté inmóvil. Los brazos están tan relajados que parece que ya no reposan sobre la tierra sino que se han enterrado en ella como conviviendo con las raíces que recorren sus entrañas. Las piernas no se sienten, el cuerpo no se siente cuerpo pero por dentro se sigue sintiendo todo. En cada andar de esas manos ajenas se van recuerdos que hacen daño y se deja espacio para otros que vendrán… se está limpiando, se está curando más que dando un masaje

Las manos no han perdido su temperatura, siguen haciendo las pausas que se deben, en los lugares que se deben y en los tiempos que se deben… tienen un tacto mágico que detecta donde hay nudos y cómo deshacerlos sin lastimar. Son 2 manos divididas en 10 cerebros que se mueven independientes, cada dedo actúa por sí solo y presiona exactamente lo que debe presionar, mueve lo que tiene que mover y libera lo que no aguanta mas encierro. Se siente la vista de quien hizo el plan y lo está ejecutando, esa mirada que sigue casi aferrada en provocar buenas sensaciones que lleven hasta el sueño

Perdí la poca noción del tiempo que tenía. Afortunadamente también perdí unos que otros rencores y reclamos que llevaba semanas haciendo y haciéndome. Perdí el peso de mi cuerpo que de desvanecido pasó a dormido… pero nunca perdí la conciencia de ordenar lo que pasaba por mi mente segundo a segundo, de darle su justo valor y ponerlo en su lugar… se abrió mi mente y con ella mis ojos

El paisaje que visualizaba a ojos cerrados tomó forma, la radiante luz del sol hizo que mis ojos fueran pidiéndole permiso para ir robando nuevamente ese escenario. Mi cuerpo hizo su primer movimiento, lento muy lento y estremecedor, muy estremecedor… giré y vi la mirada del buen Miguel, pareja de quien tiene las manos mágicas. La sonrisa de Miguel decía sin decir que esa experiencia, él la había vivido más de 10 veces por dentro y por fuera… lo felicité y me felicité por haberla sentido más que en carne propia, en alma propia

A la de las manos divinas le doy mi profundo agradecimiento por haberme provocado un momento tan encontrado conmigo mismo y por haber contribuido a sanarme y de paso a Miguel le doy también las gracias por haber permitido que esas manos dibujaran en mi espalda un mejor semblante, uno renovado

Soy…un mexicano de 42 años dedicado a la publicidad, que un día escapó de su vertiginosa oficina, de su ser aprehensivo hasta con el lugar adecuado para el lápiz. Soy de esos que como cada año o dos años quieren enfrentar al estrés alejándose de él y que en esta ocasión también quiso respirar un aire diferente no para olvidar el quebranto de una relación donde uno quiso y otra no, sino para aceptar que así fue. Una persona que busca liberarse de algunos apegos que son causa de sufrimiento. Una persona que afortunadamente encontró en este viaje más de lo que vino a buscar… la inmensidad de la naturaleza, un ritmo del tiempo que no tiene prisa, el asombro de lo que puede pasar en tan solo un día de vida, amigos nuevos… creo que encontré el camino que me llevará a la persona que extrañaba con aquella vieja conciencia

AQ'AB'AL "Es la plenitud del Amanecer"

0 comentarios:

Publicar un comentario